En Fadecra creemos que toda marca que aspira a tener alma debe construirse con tiempo, con propósito y con respeto por la historia. Nuestra historia, como muchos sabéis, comenzó restaurando corbatas vintage. No cualquier corbata: piezas de décadas pasadas, muchas firmadas por las casas más prestigiosas del mundo, cuando esas casas todavía se guiaban por una idea clara de elegancia, calidad y permanencia.
Restaurar más de 4.000 piezas no solo nos formó como artesanos, nos educó como observadores. A través de cada tejido, cada costura y cada detalle, fuimos comprendiendo qué hacía que una prenda tuviese valor real, qué convertía una corbata en una pieza con identidad. Y al mismo tiempo, fuimos testigos de algo que nos duele profundamente: cómo muchas de esas grandes firmas fueron abandonando aquello que las hizo grandes, en favor de un modelo vacío de propósito, donde el logotipo vale más que el diseño, y la historia se sustituye por la inmediatez del consumo.
Frente a eso, Fadecra decidió otro camino.
Hoy, con humildad y con mucha ilusión, iniciamos una nueva etapa: lanzamos nuestra primera colección de corbatas con diseño y patrón propios. Esta decisión no surge de la improvisación, sino de un deseo profundo por aportar algo auténtico al presente, con una mirada puesta en todo lo que hemos aprendido del pasado.
Queremos dejarlo claro: no hemos escogido modelos de catálogo ni hemos seguido moldes preestablecidos. Hemos creado cada diseño desde cero. Porque para nosotros, el verdadero lujo no está en lo que se produce en masa, sino en lo que se piensa con intención.
Por eso, aunque el diseño es completamente nuestro, decidimos fabricar nuestras corbatas en Italia, cuna de la seda y del saber hacer textil. No buscamos atajos: buscamos excelencia. Queríamos que nuestros diseños se materializaran con la calidad que merecen, y sabíamos que sólo podía lograrse en un lugar donde la tradición se respeta tanto como la innovación.
Este nuevo paso es una forma de crecer, sí, pero sin perder nuestra esencia. Seguimos creyendo en lo mismo que nos movía cuando empezamos: el valor de lo bien hecho, el amor por el detalle y la elegancia como forma de expresión. Hoy, más que nunca, queremos compartir eso con quienes sienten lo mismo.
Gracias por acompañarnos hasta aquí. Lo que viene, lo construiremos con las mismas manos y los mismos valores que nos trajeron hasta este punto.